Los crucigramas, sodukos, sopa de letras son muy populares en Panamá. También lo son los rompecabezas, el cubo de Rubik, "Angry Birds" y todo tipo de juego donde el objetivo es resolver un problema usando pocos recursos. Héroes de la televisión y el cine, como McGyver, que resuelve problemas complicados con elementos básicos del día a día han quedado fijados en las mentes panameñas, aunque ya en otras partes del mundo nadie recuerda la serie televisiva. La tonada de "Misión Imposible" todavía la reconoce cualquier niño o adolescente. Me puse a recapacitar sobre esto y me di cuenta que el panameño, desde que nace, está expuesto a sistemas donde se promueve el uso de la creatividad para saltar obstáculos y resolver problemas para obtener los elementos más básicos de supervivencia. Por eso el panameño puede ser clasificado entre los mejores solucionadores de problemas. Me extraña que no haya un mayor número de compatriotas en la NASA o en la ONU. Ya se hubieran encontrado soluciones a muchos conflictos entre paises y a la colonización de Marte.
Supongamos que hoy nuestro "panameñito vida mía" quiera ir al Centro Comercial de Albrook a comprarle un regalito a su esposa que está de cumpleaños. ¿Qué hace? Bueno, primero tienen que resolver el problema de cómo llegar allá. Si no tiene carro, tiene que entender muy bien el sistema de Metrobuses y saberse las rutas, cómo se usa la tarjeta y donde son las paradas. Si va en carro, entonces el problema comienza entendiendo los patrones de tránsito, cuales son las horas pico, en qué dirección va el tránsito, dónde están las construcciones, etc. Una vez que llega, tiene que saber cómo buscar estacionamiento. Para el que vive en la Ciudad de Panamá, así comienza nuestro diario juego del gato y el ratón.
Así desarrolló este panameño un sexto sentido, que lo llama de "juega vivo". Es algo un poco difícil de explicar, pero donde existe una gran imaginación y capacidad calculadora. El "juega vivo" le permite al panameño a romper todos los paradigmas existentes y crear espacios de estacionamientos donde no existen y usar vías en direcciones contrarias cuando no lo son y hacer giros indebidos, entre otras cosas.
Una vez dentro del gran Centro Comercial, el panameño usa su inteligencia para buscar la tienda a donde quiere ir. Todo esto lo hace sin un mapa o simbología que le permita al usuario ubicar las tiendas. El único lugar donde se agrupan todas las tiendas del mismo tipo, por ejemplo, es en el food court, que actua como un machín desde donde el panameño planifica su siguiente hazaña y toma fuerzas para continuar.
Al hacer las compras, el primer obstáculo es vencer al guardia de seguridad, el verdadero Can Cerbero que no te deja entrar porque llevas una bolsita con un reloj que acabas de comprar en otra tienda, que cuesta mas de $300 dólares. -- Señor, deje el paquete en "paquetería" donde el encargado (que tiene cara que salió antes de ayer de "La Joyita") se lo va a guardar hasta que termine de hacer sus compras. Es por su comodidad-- le dice el guardia tratando de convencer a la víctima. Nuestro héroe panameño ya sabe como burlar esta prueba. A veces funciona lo de la mochila, otras veces tiene que usar su mejor poder de persuasión, aqui conocido como labia, pero que no tiene nada que ver con Anatomía.
Cargado de paciencia, y energizado por la sensación de victoria por haber "encontrado" estacionamiento y haber burlado la seguridad en dos almacenes en su primera hora de shopping, nuestro panameño comienza la ardua tarea de encontrar la vajilla que quiere regalarle a su esposa. Con información confidencial que obtuvo de una amiga de una amiga de su primo, él sabe que la tienen en esta tienda, pero no está puesta afuera en los anaqueles. Hay que inventarle un cuento a la vendedora, ya que la vajilla la tienen escondida por si a alguien se le ocurre pedirla.
La siguiente hazaña es cómo pagar. El panameño ha desarrollado un gran poder de observación para poder pasar la siguiente prueba. Mientras la vendedora está revisando la vajilla y volviendo a enpaquetarla en la caja original, él ya está observando el area donde se hacen los pagos. Allí ve cómo a turistas inexpertos se les rechaza de una caja, despues de hacer una larga fila, porque en esa caja sólo se paga el club, o en efectivo. Si es tarjeta Mastercard tiene que hacer esa otra fila, si es en cheque, ni lo piense porque hay que traer a un emisario directo del mismisimo banco para que apruebe la transacción. Este mismo sistema se utiliza si va a pagar con billetes de $100 dólares. Así es que nuestro héroe se pone en la fila de pago en efectivo y saca de la mochila un sobre grande lleno de billetes de 20, 10 y 5. Los turistas, qué aún están en fila, se quedan boquiabiertos y asombrados por el nivel de conocimiento e inteligencia de nuestro héroe y abren los ojos y suben las cejas al darse miradas de asombro entre ellos.
lunes, 1 de abril de 2013
martes, 19 de febrero de 2013
Tirana, un ejemplo de lo que Panama puede llegar a ser...
+Edi Rama, Primer Ministro de Albania y antiguo Alcalde de Tirana, recientemente dio una estupenda charla sobre cómo el uso del color en áreas publicas, la eliminación de estructuras ilegales, siembra de arboles, mejora de vias peatonales y apertura de áreas verdes hizo cambiar la actitud de las personas, disminuir el crimen, mejorar la calidad de vida y crear una ciudad amigable y bonita. Lo pueden ver en http://www.ted.com/talks/edi_rama_take_back_your_city_with_paint.html. Muy interesante son los comentarios de cómo disminuyó la corrupción con el simple hecho de mejorar las fachadas de las oficinas públicas, sus áreas de trabajo y de contacto con el público. El punto es que lo que pareciera ser un gasto superfluo como pintar, abrir más ventanillas, poner buenos aires acondicionados, limpiar el área, disminuir el ruido, tiene un efecto multiplicador. La gente se siente orgullosa del lugar donde trabajan y lo hacen con más ahínco. Los que acuden a las oficinas públicas comienzan a esperar mejores servicios de los que atienden.
Es imperativo comenzar a retomar la ciudad de esta forma en Panamá. Comencemos a hacer de las oficinas públicas lugares agradables. Los demás van a seguir. Por ejemplo, ¿por qué razón hay que poner televisiones transmitiendo cómicas, o programas viejos del Chavo del Ocho a todo volumen? Es para darle algo qué hacer al que espera que lo atiendan. Pero si hubiera suficiente personal para atender a los clientes, o se mejoraran los procesos de atención para hacerlos más expeditos, no hubiera que poner televisores en todos los ministerios. Si se instalaran sistemas de ventilación y control de temperatura de bajo ruido, la gente también disminuiría el volumen de la voz con el que hacen sus transacciones. Fíjense en las ventanillas de los bancos privados de esta ciudad.
Al principio de la labor del señor Rama, tanto los ciudadanos como los europeos que supervisaban los trabajos no estaban de acuerdo con su visión. Nadie antes había comprobado su tesis de que pintando y limpiando la ciudad disminuiría el crimen y aumentaría la recolección de impuestos. El comentario hecho en la entrevista, sobre la discusión que tuvo con un asesor Francés hizo que se me prendiera el foco. A este señor francés no le gustaba los colores que habían escogido porque, según él no eran los colores apropiados para una ciudad Europea y quiso negociar un arreglo escogiendo un punto neutral a lo que el señor Rama le responde: "... en término de colores, el punto neutral es el color GRIS, y de ese color ya tenemos suficiente en ésta ciudad..." Al Asesor no le quedó otra cosa que aceptar el color naranja brillante que terminó siendo el hito principal de ésta remodelación ciudadana.
Las areas verdes y accesos peatonales son extremadamente pobres en nuestra capital. La cinta costera, que no es otra cosa que un camellón en el medio de una vía muy transitada, es una de las pocas áreas de esparcimiento para el ciudadano. Y la prueba de ello es que diariamente acuden miles de personas a caminar, hacer ejercicio o simplemente descansar. No dañemos lo poco que tenemos con ruido visual como las agresivas pantallas para propagandas comerciales que han puesto en esa área. Ademas, necesitamos más lugares abiertos para el sano desahogo. En los fines de semana, el que mora en esta ciudad, aparte de ir al Parque Omar, la Cinta Costera o la Calzada de Amador, solo tiene los Malles o Moles como prefiero llamarlos. Los domingos no cabe una aguja en ninguno de estos centros comerciales, y no es que todos estén comprando cosas. Acuden porque necesitan salir de la casa.
Tenemos una ciudad privilegiada, a la orilla del mar y con áreas comerciales de alta importancia y movimiento. Existen muchas cosas interesantes sobre nuestra ciudad, como también muchos sitios preciosos. Hagamos de nuestra ciudad un lugar digno para todos los que vivimos aquí. Retomémosla.
Es imperativo comenzar a retomar la ciudad de esta forma en Panamá. Comencemos a hacer de las oficinas públicas lugares agradables. Los demás van a seguir. Por ejemplo, ¿por qué razón hay que poner televisiones transmitiendo cómicas, o programas viejos del Chavo del Ocho a todo volumen? Es para darle algo qué hacer al que espera que lo atiendan. Pero si hubiera suficiente personal para atender a los clientes, o se mejoraran los procesos de atención para hacerlos más expeditos, no hubiera que poner televisores en todos los ministerios. Si se instalaran sistemas de ventilación y control de temperatura de bajo ruido, la gente también disminuiría el volumen de la voz con el que hacen sus transacciones. Fíjense en las ventanillas de los bancos privados de esta ciudad.
Al principio de la labor del señor Rama, tanto los ciudadanos como los europeos que supervisaban los trabajos no estaban de acuerdo con su visión. Nadie antes había comprobado su tesis de que pintando y limpiando la ciudad disminuiría el crimen y aumentaría la recolección de impuestos. El comentario hecho en la entrevista, sobre la discusión que tuvo con un asesor Francés hizo que se me prendiera el foco. A este señor francés no le gustaba los colores que habían escogido porque, según él no eran los colores apropiados para una ciudad Europea y quiso negociar un arreglo escogiendo un punto neutral a lo que el señor Rama le responde: "... en término de colores, el punto neutral es el color GRIS, y de ese color ya tenemos suficiente en ésta ciudad..." Al Asesor no le quedó otra cosa que aceptar el color naranja brillante que terminó siendo el hito principal de ésta remodelación ciudadana.
Las areas verdes y accesos peatonales son extremadamente pobres en nuestra capital. La cinta costera, que no es otra cosa que un camellón en el medio de una vía muy transitada, es una de las pocas áreas de esparcimiento para el ciudadano. Y la prueba de ello es que diariamente acuden miles de personas a caminar, hacer ejercicio o simplemente descansar. No dañemos lo poco que tenemos con ruido visual como las agresivas pantallas para propagandas comerciales que han puesto en esa área. Ademas, necesitamos más lugares abiertos para el sano desahogo. En los fines de semana, el que mora en esta ciudad, aparte de ir al Parque Omar, la Cinta Costera o la Calzada de Amador, solo tiene los Malles o Moles como prefiero llamarlos. Los domingos no cabe una aguja en ninguno de estos centros comerciales, y no es que todos estén comprando cosas. Acuden porque necesitan salir de la casa.
Tenemos una ciudad privilegiada, a la orilla del mar y con áreas comerciales de alta importancia y movimiento. Existen muchas cosas interesantes sobre nuestra ciudad, como también muchos sitios preciosos. Hagamos de nuestra ciudad un lugar digno para todos los que vivimos aquí. Retomémosla.
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